¿Qué es la educación ambiental?
La educación ambiental se concibe como “un proceso
educativo integral, que genera conocimientos, actitudes, valores y prácticas en
las personas para que desarrollen sus actividades en forma ambientalmente
adecuada, contribuyendo al desarrollo sostenible de nuestro país” (PLANEA,
2016). Promueve una educación y cultura ambiental que permita formar ciudadanas
y ciudadanos ambientalmente responsables que contribuyan al desarrollo
sostenible a nivel local, regional y nacional. Ello se logra a partir del
desarrollo de una conciencia ambiental destinada a orientar nuestros valores,
actitudes y estilos de vida para vivir de un modo más armónico con la
naturaleza y con las generaciones actuales y venideras.
El enfoque ambiental:
definición e
importancia
El Currículo Nacional de la Educación Básica (CNEB)
reconoce al enfoque ambiental como uno de los siete enfoques transversales para
el desarrollo del Perfil de egreso de las y los estudiantes.
Los enfoques transversales aportan concepciones
importantes sobre las personas, su relación con los demás, con el entorno y con
el espacio común y se traducen en formas específicas de actuar, que constituyen
valores y actitudes que tanto estudiantes, docentes, autoridades deben
esforzarse por demostrar en la dinámica diaria de la institución educativa.
Estas formas de actuar se traducen siempre en actitudes y en comportamientos
observables (Minedu, 2016a).
El enfoque ambiental orienta los procesos educativos
hacia la formación de personas con conciencia crítica y colectiva sobre la problemática
ambiental y la condición del cambio climático, así como su relación con la
salud, la pobreza y la desigualdad social, el agotamiento de recursos
naturales, entre otros aspectos.
Además, el enfoque ambiental presenta las siguientes características:
- Fortalece el ejercicio de una ciudadanía con conciencia ambiental para el desarrollo sostenible y con la capacidad de adaptación al cambio climático.
- Opera de manera holística, interdisciplinaria y comunitaria, pues participan todos los miembros de la comunidad educativa integrando a otros actores locales (aliados estratégicos).
- Su aplicación en las II. EE. contribuye a la mejora de los entornos, de la calidad de vida y de la educación, así como del bienestar común.
- Promueve el desarrollo de prácticas relacionadas con la conservación de la biodiversidad, del suelo, del aire, el uso sostenible de la energía y el agua, la valoración de los servicios que nos brinda la naturaleza y los ecosistemas terrestres y marinos, la promoción de patrones de producción y consumo responsables, la reducción y la gestión de los residuos sólidos, la promoción de la salud y el bienestar, la adaptación al cambio climático, la gestión del riesgo de desastres, manifestándose en la practica de estilos de vida saludables y sostenibles.
- Orienta las practicas educativas que contribuyen al desarrollo sostenible de nuestro país y del planeta.
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